Piratas del Caribe: En Mareas Misteriosas

Ficha

Título original: Pirates of the Caribbean: On Stranger Tides
Duración: 140 min.
País: EEUU
Año: 2011
Género: Aventura. Comedia. Acción. Fantasía.
Director: Rob Marshall
Productor:Jerry Bruckheimer
Guión: Ted Elliot y Terry Rossio
Música: Hans Zimmer
Fotografía: Dariusz Wolski
Reparto: Johnny Depp, Penélope Cruz, Geoffrey Rush, Ian McShane, Kevin McNally, Sam Claflin, Astrid Berges-Frisbey, Stephen Graham, Richard Griffiths, Greg Elis, Damian O'Hare, Óscar Jaenada
Colaboración: Mónica Cruz, Keith Richards


Crítica

¡Volvemos a la carga!

En esta segunda crítica, atracamos los fastuosos e intrigantes muelles de un estreno de cartelera. Un nuevo tablón para este gran camino que estamos construyendo juntos, y que espero continúe algún día en una majestuosa y brillante carabela.

Una intensa travesía que, si estáis preparados, recorreremos acompañados navegando a través de vastos océanos, descubriendo los más grandes misterios del mar y conociendo seres y criaturas que la imaginación no es capaz de concebir. Si vosotros también sentís ese espíritu aventurero (tengo sangre pirata, chicas, qué le voy a hacer), preparad vuestros sombreros, recoged vuestros efectos personales, y ¡arriad las velas bucaneros!


¡Comienza la travesía a través de esta nueva entrega!

Un mundo distinto. El mar ha cambiado. Apenas quedan piratas como los de los antiguos océanos, y tal es el poder de los reinos que incluso algunos de los más afamados se han unido ahora a la honradez de servir al gobierno. Aun así, se mantienen inmutables dos elementos del indomable mundo pirata: los fantásticos misterios de alta mar, y el interesado carácter del Capitán Jack Sparrow. Junto a algunos viejos amigos y otros no tan amigos, el excéntrico pirata zarpa, esta vez en compañía de una ex-amante española y contra el malvado Barba Negra, en busca de la mítica Fuente de la Eterna Juventud.

Y abordamos con esto la cuarta entrega de esta saga que, sobre decirlo, está siendo una de las grandes del cine. O al menos lo estaba siendo. Hasta ahora.

Zarpando desde el puerto habitual, la película comienza con una primera escena oscura y misteriosa que, rayos y retrúecanos, produce intriga de la buena y ganas de saber más, e incluso algún que otro salto en el patio de butacas. Un buen comienzo que por desgracia se echa a perder una escena más tarde, con la bienvenida del orgulloso de su casi spin-off Capitán Jack Sparrow.

Un Johnny Depp que conserva el carácter, los movimientos y la gracia, pero que da la sensación de haberse quedado sin bromas. Tal es su capacidad para terminar en situaciones tan comprometedoras como emocionantes que parece meterse siempre en las mismas. Situaciones ya conocidas y bromas gastadas intentan retomar el espíritu de la antigua trilogía, consiguiendo poco más que copiarla; aunque todo sea dicho, ideas poco originales pero no excepcionalmente repetidas para lo que últimamente nos tiene acostumbrados la rentable franquicia de las numerosas siguientes partes.
 
También hay que decir que el hundimiento en este profundo abismo en que parece ahogarse el barco recae, por una parte importante, sobre la conciencia del nuevo director de la saga. Un insulso y superficial Rob Marshall que, con una serie de ingeniosas posibilidades desaprovechadas, consigue marcar un rumbo tan precipitado y previsible que recuerda más a un paseo en bote que a la brutal batalla naval con la que nos mantuvo tres veces expectantes el grandioso Verbinsky. La cinta en general no llega a aburrir, e incluso saca alguna sonrisa en más de un instante, pero son escasos los momentos en que consigue enganchar o en los que ni tan siquiera impacta, dando una impresión general plana a lo largo de todo el viaje. 
 
Aunque no todo son ratas en este barco, bucaneros.
 
Una Penélope Cruz muy acertada en el papel  encarna con cumplimiento al alter ego femenino de nuestro amanerado capitán, convirtiéndose en una lejana estrella que ilumina de alguna manera las aguas turbias en que navega, pero que por su cierta rudeza interpretativa  y la pobreza de un guión nublado no llega a explotar al personaje (y sépase que no soy un ferviente admirador de Pe, sino más bien lo contrario, pero quizás en esta ocasión fueron la elección acertada y las expectativas una buena compañía de butaca). Cabe mencionar, además, la una vez más destacable interpretación del asiduo en la saga Geoffrey Rush como un reformado Hector Barbossa que, desde un principio, consigue cuanto menos despistar, manteniendo de paso un cierto aire de grandeza en el global.
 
Sin embargo, todos los esfuerzos son pocos. Un inexpresivo y nada desafiante Ian McShane encalla en malas rocas la leyenda del malvado Barbanegra, mostrando un personaje incompleto que se debate entre la incoherencia de proteger a una hija con la que no sabe qué hacer y la apatía de un pirata legendario que parece más aburrido que despiadado. Embarcado en un, por llamarlo de alguna manera, curioso navío a control remoto que escupe fuego (y del que no voy a decir más, no me quiero sulfurar), todo en este debutante pirata huele a hastío de alta mar.

A él se une, además, una tripulación a bordo del film que, en general, queda enclenque y falta de entusiasmo. Personajes que no transmiten sensación, muy pobres tanto en interpretación como en carácter con un Rey de Inglaterra algo exagerado y un católico aburrido y tópico, constituyen en total un relleno poco destacable que no experimenta desarrollo, que se hubiese podido apoyar en un fugaz Óscar Jaenada del que no saca tajada, y cuya única esperanza de salvarse parecía recaer en las sirenas, pero que se echa a perder finalmente con la elección de la joven y autocompadecida Sirenia, desastre argumental en forma de parche que sólo es superable por su deslumbrante y original nombre, nótese el sarcasmo, cuya elección quiero suponer se debe a un guionista enfurecido, borracho y con muy poco sentido del humor.
 
En general, un barco a medio terminar que malamente pero flota, con unas velas viejas y desgastadas y una tripulación algo inepta, cuya mala fortuna remata el descaro perezoso de Hans Zimmer con una banda sonora que únicamente difiere de la ya conocida en algún tono español y un tinte flamenco, que aunque no están del todo mal, caen igualmente en esta reiteración intencionada del compositor, la cual podría achacarse a una inocente apelación al recuerdo que ciertamente enardece con buena letra a la escena, pero que finalmente se queda en la simple nostalgia de lo que una vez provocó una emoción.

Con todo, el film queda en una intención, un intento de buena gana que no deja de ser interesante, pero al que faltándole aún unos cuantos mares que surcar, más le valdría mandar a gran parte de la tripulación a caminar por la tabla, ya fuese para espabilarles o para provocar, Poseidón nos libre, la dudosa desgracia de que alguno cayese al mar.
 
Al final, una cinta apéndice a la saga que en todo momento entretiene pero que ni de lejos entusiasma, y por la que no llega del todo a merecer la pantalla grande, mucho menos el 3D. Para los seguidores y amantes de la saga, algo recomendada. Para los que no, más aconsejable invertir el mismo tiempo en ver la primera parte de la saga, una grandiosa genialidad que nunca dejará indiferente.
  
Y con esto termina el viaje por hoy, bucaneros. Sólo queda ya sacar la botella de ron, situarnos al timón, y que identificados, ofendidos y demás tripulantes arríen velas con sus críticas.

¡Al Abordaje!

Valoración del Cine de Pepe

Actor y actriz principal: 3.7
Reparto: 2.7
Banda Sonora: 3.4
Fotografía: 4.1
Dirección y producción: 3.2
Argumento y trama: 3.4
Nota total de la película por el Cine de Pepe: 3.4/5

Valoración de los Espectadores

Actriz principal: 4.3
Reparto: 3
Banda Sonora: 3
Fotografía: 4
Dirección y producción: 2.9
Argumento y trama: 2.8
Nota total de la película por los Espectadores: 3.3/5